viernes, 4 de diciembre de 2009

Kant: ¿Qué es Ilustración?


La ilustración es la salida del hombre de su minoría de edad. El mismo es culpable de ella. La minoría de edad estriba en la incapacidad de servirse del propio entendimiento, sin la dirección de otro. Uno mismo es culpable de esta minoría de edad cuando la causa de ella no yace en un defecto del entendimiento, sino en la falta de decisión y ánimo para servirse con independencia de él, sin la conducción de otro. ¡Sapere aude! ¡Ten valor de servirte de tu propio entendimiento! He aquí la divisa de la ilustración

La mayoría de los hombres, a pesar de que la naturaleza los ha librado desde tiempo atrás de conducción ajena
permanecen con gusto bajo ella a lo largo de la vida, debido a la pereza y la cobardía. Por eso les es muy fácil a los otros erigirse en tutores. ¡Es tan cómodo ser menor de edad! Si tengo un libro que piensa por mí, un pastor que reemplaza mi conciencia moral, un médico que juzga acerca de mi dieta, y así sucesivamente, no necesitaré del propio esfuerzo. Con sólo poder pagar, no tengo necesidad de pensar: otro tomará mi puesto en tan fastidiosa tarea. Pero, en cambio, es posible que el público se ilustre a sí mismo, siempre que se le deje en libertad; incluso, casi es inevitable. En efecto, siempre se encontrarán algunos hombres que piensen por sí mismos, hasta entre los tutores instituidos por la confusa masa. Ellos, después de haber rechazado el yugo de la minoría de edad, ensancharán el espíritu de una estimación racional del propio valor y de la vocación que todo hombre tiene: la de pensar por sí mismo.

1 comentario:

  1. ¡Buenas!

    Si no estoy equivocado, ¡eres la única seguidora de mi minúsculo blog!

    ¡Gracias!

    Últimamente me pasa que no entiendo casi nada de lo que leo para Filosofía y Estética II. La I a duras penas la aprobé, a Platón muy en serio no lo tomé, a decir verdad. Su idea de una República que no da lugar a los artistas por considerarlos meros tilingos miméticos de la apariencia, confieso, no me pareció muy seductora.

    Y Kant... bueno, hice toda una serie de dibujos sobre mi cuerpo como un buitre que se desordenaba hasta lo irreconocible de tan ardua y farragosa que me resultó su inextricable lectura. estaban en mi blog, pero los borré porque me recordaban aquella angustia.

    Hegel, un grosso cuando comenta eso de la síntesis, antítesis y síntesis (más atinado sería decir "afirmación", "negación" y "negación de la negación"). Pero los textos que nos dieron de él, tenían sobre mí una influencia soporífera. Cuando no me dormía, pensaba en cuál era la necesidad de decir en cincuenta palabras lo que bien podría haber dicho en diez.

    Todo lo etéreo e intangible es algo muy ajeno para mí, que soy un simplón. La filosofía occidental que no aborda lo material me parece sencillamente impracticable, inconducente.

    Me quedo con Lao Tse, Chuang Tzu, Buda, Jesús y todos esos. Están llenos de paradojas, pero por h o por b, son paradojas que operan sobre la realidad efectiva.

    Aunque Marx y Nietzche me gustaron. Cuando Hegel piensa en flayadas, Marx se pregunta qué tan racional es la desigualdad social.

    Pero no lo leí mucho porque dejé Filosofía y Estética por ratearme y quedarme dibujando en el Proyectual II de Dibujo.

    No sirvo para la filosofía. Mi visión de ella es la misma que tuvo el dibujante de los pitufos.

    ¡Saludos!

    (y perdón. Entenderé si ya no quieres seguir mi blog, ¡lo tengo merecido!)

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